En la infancia
ni siquiera decíamos que nadie nos completa
cada día duraba para siempre
salíamos al patio a buscar caracoles
los ojitos de los caracoles no se asoman a la fuerza
los llevás a entibiarse al sol, como lomos de gatos,
no calculás si sonás demasiado implorante
les cantás simplemente
caracol col col
con toda la dulzura de la que sos capaz.