El emprendimiento

Noelia después de mucho tiempo se sentía feliz. Prosperaba en su trabajo, su emprendimiento de muebles artesanales crecía. Incluso había bajado de peso, animándose a usar ropas más escotadas. Esto lo notó Hernán, el muchacho de sistemas que tenía su propio club de fans. Poco a poco se acercó a Noelia. Ella no lo podía creer.

Lorena, su jefa, no la soportó nunca. Mucho menos podía verla feliz, teniendo esa atmósfera rosa cerca de Hernán. SU Hernán. El que venía siguiendo desde que se incorporó el primer día.

Ella decidió hacerle sufrir Debía pagar su derecho de piso. Luego de escribir reseñas negativas desde distintas cuentas en el Instagram del emprendimiento de Noelia, Lorena se sintió extasiada. Creyó que, al haber arruinado su hobby, la chica tímida que solo acataba órdenes conocería su lugar dentro del empleo.

De la noche a la mañana, Hernán comenzó a evitarla. Ni siquiera respondía sus mensajes. Se sintió completamente devastada.

Días después, en el baño, Noelia, escuchó a la encargada de Recursos Humanos de la empresa. Ella recibió un audio de Lorena, indicando entre risas y burlas que mañana iban a despedirla.

Algo se quebró dentro de ella en ese momento, y comenzó a hacer llamadas por teléfono.

Una semana después, ambas estaban enfrentadas con un escritorio de por medio, en la oficina de su jefa.

  • Sra. Lorena, ¿Para qué me llamó?
  • No es fácil decir esto, pero… vas a tener que pasar por Recursos Humanos para formalizar tu despido. Estás fuera de la empresa
  • ¡P-pero Señora! ¿¡En qué me equivoqué!? ¿¡Qué hice mal!?
  • No se trata de tu desempeño. Son ajustes de personal de la empresa. Lamento mucho lo que ocurre.
  • ¡Le pido por favor que lo reconsidere Sra. Lorena! ¡Haré lo que usted me pida!

(Ese ruego de Noelia fue como una música exquisita en los oídos de su jefa, por lo que, teniéndola en la palma de su mano, podía manejarla a su antojo)

  • Bueno… hay una posibilidad
  • ¡Dígame cual es por favor!
  • Tranquila, tranquila. Traeme un café y lo conversamos. Hay otra propuesta que estuve barajando.
  • ¡Si, si por favor Señora Lorena, muchísimas gracias!

(Noelia se dirigió a la despensa. Preparó el café como le gustaba a su jefa. Aguardó unos minutos, respiró profundo, reinterpretó su personaje, y regresó al despacho)

  • ¡Muy bueno Noelia! Reconozco que tenés mucho talento en esto.
  • Gracias señora, pero es solo preparar un café. No es para tanto.
  • Para mi oferta sí lo es.
  • Explíqueme por favor
  • Mira Noelia, voy a serte sincera: mi intención es armar una pequeña empresa tercerizada, con la cual se pueda hacer el mismo trabajo que venimos haciendo, pero con menos personal para la empresa. Me gustaría que vos te quedes conmigo. Al principio el salario sería el mínimo, más las horas extra, pero si todo continúa correctamente, podrás tener un aumento en pocos meses.
  • Estoy para lo que necesite Sra ¡Muchas, muchas gracias por esta oportunidad!

(Lorena sintió un pequeño mareo)

  • Que raro… ¿Porqué… me siento…?

(Lorena se desmayó sobre su silla. La taza de café se volcó, derramando el contenido sobre la alfombra)

“1…2…3… ¡se acabó!” masculló Noelia entre risas y con voz de relator de catch, mientras sostenía a Lorena con su brazo sobre el hombro de la oficinista. 

Momentos más tarde, Hernán vio cómo Noelia se llevaba en andas a Lorena, y corrió preocupado. Ella con prisa, le dijo que se había descompensado, y que por favor la ayudase a subirla a su auto, para llevarla al hospital, a lo que accedió sin problemas acostándola sobre el asiento trasero del coche de ella.

Antes de irse, tomó la cara de Hernán y le dio el beso mas largo y fuerte de su vida, mientras aprovechó rápidamente con sus manos para tocarlo desaforadamente.

Hernán retrocedió asustado, Noelia se asustó y pidió disculpas. El muchacho le dijo con algo de timidez que ese no era el momento para hacer estas cosas, y que le prometía invitarla a cenar como disculpas por su comportamiento. 

Con una sonrisa radiante, Noelia salió apurada, llevándose a Lorena al “hospital”

(Lorena despertó pocas horas después. Estaba atada a una pared, con las manos sobre la nuca, y sus piernas abiertas. Completamente desnuda)

  • ¿¡Donde estoy!? ¡Ayuda! ¡Alguien!

Noelia entró por el portón delantero.

  • Shhh tranquila. Todo va a estar bien
  • ¿¡Que mierda hiciste hija de puta!?

(Con una cachetada, Noelia se acercó lentamente y vomitó su odio contra ella)

  • Ahora se va a quedar bien calladita y me va a escuchar atentamente
  • ¡Hija de puta! Te voy a meter una denuncia que…

(Noelia le puso una mordaza. Ahora solo escuchaba gritos ahogados)

 “Shhhhh shhh shhhhh. Eso es, muy bien Lorena. Voy a contarle lo que pasa.

Sé que fue usted la que arruinó mi emprendimiento con tus comentarios en las redes. También fue usted quien le dijo a Hernán que no se acercase a mí, porque sino lo iba a cambiar de oficina, y con recorte de sueldo. 

Se perfectamente que me odia, y el sentimiento es mutuo Lorena. Lo que nunca supe es porqué tanta manía conmigo. ¿Verme feliz le da asco? ¿Estabenamorada de Hernán y él no le correspondía, y por eso lo amenazó? Eso está muy mal… No se hacen esas cosas. 

¿Sus papás no la educaron con respeto? Ah, me olvidaba. No le enseñaron nada. Me enteré por una de tus viejas vecinas del barrio que, al parecer, se limitaban a cumplir sus caprichos, mientras ellos se metían los cuernos mutuamente. Usted creció pensando que era la flor más linda del vivero, y en la realidad, es una “flor culo de perro”. Ni siquiera un diente de león.

(El rostro pálido de su víctima se llenó de lágrimas. Noelia disfrutó con una sonrisa desencajada aquel momento. Se alejó unos minutos, y luego volvió con un arnés y un falo de madera, rasposo al tacto. El rostro pálido de Lorena se llenó de lágrimas. Sus gritos permanecieron tenues a pesar de la fuerza de su garganta)

“Este mueble lo hice especialmente para usted, Sra Lorena … Hecho especialmente para la habitación principal de la pareja. Estoy muuuuy segura… que le va a encantar”

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