Soy un héroe. Si seño. ¡Yo soy un héroe! Pero no soy tan fuerte como Gokú.
No tengo el poder de controlar la naturaleza, y por eso estoy así de lastimado, pero aun así, se que soy un héroe
No puedo lanzar el escudo como el Capitán América, ni tengo una armadura como la de Toni Stark, pero si soy un héroe.
Aprendí que no soy tan grande como Hulk, y que no soy tan rápido como Flash, pero fui valiente, y el doctor y las enfermeras, me dijeron que los verdaderos héroes primero que nada son valientes.
Yo tengo una hermanita Seño, y mi hermanita es muy bebé todavía. Recién empezó a caminar. Papá me dijo que en dos años capaz que usted la va a conocer. ¡Dos años! Para ese momento yo ya voy a estar re grande y en la escuela.
Hace unos días, mi papá estaba en el trabajo, y mi mamá tuvo que salir al almacén a comprar unas cosas, y me pidió que la cuide por unos minutos. ¡Obvio que le dije que sí! La agarré de la manito y nos quedamos en la puerta de la entrada de casa para esperarla.
Pero de repente ¡Apareció el perro enorme y feo del vecino que siempre nos torea en la reja de su casa! Estaba suelto, y me vio cuidando a mi hermanita.
Se acercó gruñéndome y yo le grité que se fuera, que vuelva a su casa y a su reja.
Pero él se fue acercando a donde estaba mi hermanita., y yo me puse delante de ella para protegerla, y también empecé a gritarle y gruñirle para asustarlo.
Así me hizo estas marcas. Ese perro corrió, me tiró al piso, y me mordió el hombro y el cachete. Me dolió mucho, pero yo solo gritaba. Nunca lloré. Mi hermanita si, pero por lo menos sabía que a ella no le estaba haciendo nada.
Mi mamá vino corriendo y lo pateó. El perro ese se asustó un poco, pero empezó a ladrarle a mi mamá.
Me levanté, me puse delante de mi mamá, y le grité con toda mi fuerza “¡ANDATE!”, y ahí se asustó y salió corriendo.
Mi mamá y mi hermanita lloraron mucho, y mi mama me abrazó muy fuerte. Fuimos al hospital y el doctor me curó las heridas.
Por eso tengo estas marcas Seño. No me molestan, me gustan mucho, pero todavía me duele un poco el hombro y la cara.
El doctor y las enfermeras me dijeron que yo era todo un héroe, y que cuando me tenga que mirar al espejo, y vea mis lastimaduras, tengo que recordar que son “cicatrices de guerrero”, y que los guerreros las muestran con mucho orgullo.
(Martín, 5 años)